El fraude fiscal
En este post nos adentraremos en el mundo de los delitos financieros para entender en qué consiste el fraude fiscal y hablaremos un poco sobre uno de los ejemplos más llamativos de este tipo de prácticas.
Se entiende por fraude fiscal a toda práctica ilegal en la que una persona física o una empresa elude sus responsabilidades tributarias de forma deliberada, engañando a las instituciones recaudadoras. Los principales efectos negativos son una recaudación de fondos menor a lo que corresponde y, a largo plazo, la erosión de la confianza entre el ciudadano y sistema, volviéndoles reacios a cumplir con sus obligaciones.
Existen varios métodos por los que los contribuyentes cometen este delito, como puede ser la omisión o sub-declaración de ingresos, lavado de dinero, deducciones fraudulentas e inflación de costos, malversación de fondos y evasión de impuestos.
Uno de los casos más conocidos en relación con este tema fueron los Panama Papers. Este escándalo se remonta a abril de 2016 y giraba en torno a una filtración completamente anónima de documentos que revelaban cómo figuras influyentes de todo el mundo utilizaban paraísos fiscales para ocultar sus activos y, así, evadir impuestos. Aunque la información revelada fue analizada por periodistas alrededor de todo el globo, la investigación fue liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y abarcó más de 11.5 millones de documentos de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca, especializada en la creación de sociedades offshore.
Los documentos dejaron evidencia a políticos, empresarios, celebridades y deportistas que llevaban años llevando a cabo actividades tales como la evasión fiscal y el lavado de dinero. Entre los nombres destacados se encontraban nombres importantes como el del entonces primer ministro de Islandia, Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, quien tuvo que renunciar a su cargo debido a la talla de este escándalo. Es bien sabido que este caso sacudió la política internacional y generó un debate sobre la ética de la evasión fiscal y la necesidad de una mayor transparencia en el sistema financiero.
Los Panama Papers pusieron de manifiesto las desigualdades en el sistema financiero global, los vacíos legales que protegían a esta gente y la escasa moralidad en el manejo de la riqueza. Esto trajo consigo una respuesta inmediata en varios países a través de protestas y un renovado interés en la regulación de los paraísos fiscales.
A medida que el escándalo y la investigación se desarrollaban, se hizo evidente que la lucha contra la corrupción y la evasión fiscal es un desafío continuo que requiere la colaboración internacional y un compromiso firme con la justicia.
Aunque se trate de un caso llamativo que provocó una toma de consciencia en la sociedad, no supuso en absoluto un detrimento en la cantidad de personas dispuestas a continuar con estas prácticas, sólo se generaron nuevas alternativas para llegar al mismo fin.
Si bien las penalizaciones por este tipo de prácticas varían según el país en el que nos encontremos, las más comunes son las multas y la acción penal. En este sentido, no sobra decir que también existen las repercusiones reputacionales de estar involucrados en este tipo de delitos.
En España el fraude fiscal es considerado un delito grave y se castiga en función del adeudo. Es decir, cuando estemos delante de un monto inferior a 120.000 euros se trataría de una ‘’infracción’’ y su competencia la tiene la Agencia Tributaria. Por el contrario, cuando se supera esta cantidad ya se considera delito fiscal y tiene una pena de prisión de mínimo un año, además de una multa que multiplique por seis la cantidad defraudada. Igualmente, el infractor pierde el derecho a ayudas públicas o subvenciones. En su variante más grave, la pena de prisión asciende de dos a seis años y una multa del doble del séxtuplo del monto a deber. Con la finalidad de evitar vincularnos con aquellos que acometen este tipo de delitos, en Grupo GAT consideramos de alta relevancia el indagar en la naturaleza de las prácticas empresariales de aquellos con quienes queremos asociarnos. Los servicios de Due Diligence son clave para la detección de cualquier tipo de irregularidad o antecedente a evaluar, abogando por la transparencia y proporcionando tranquilidad para el cliente.